domingo, 29 de septiembre de 2013

Sonrisas que tocan tu corazón

Fue un sábado, un día común, soleado y muy caluroso así como suele ser en Ciudad Victoria, pero ese día tuvo algo especial, algo... que es imposible de olvidar.

Alrededor de las 4 de la tarde, estábamos 10 personas sentadas en una jardinera de una iglesia muy bonita, cuando de repente, se acerca una persona muy querida e importante para todos nosotros, (su nombre es Fray Samuel). Él nos asignó una actividad que consistió en salir a la calle para regalar abrazos a cada una de las personas con las que nos topáramos.
Después de un rato, decidimos ir a una plaza pero, antes de irnos no quería hacer esta actividad porque me daba  pena el llegar con una persona desconocida y regalarle un abrazo. Al estar ya en el lugar me dije: - ya estoy aquí, no me queda de otra-.

Recuerdo que al primero que abracé fue a un hombre de la tercera edad. Él estaba barriendo la plaza, se veía preocupado o pensativo, entonces, corrí hacia él y le dije: ¡Hola!, (con una sonrisa enorme en mi rostro) ¿Me permite darle un abrazo? y él me preguntó  con una voz indiferente: ¿Por qué? y le respondí entusiasmada: Porque hoy es un día feliz. Sin que me respondiera nada me atreví a darle un abrazo enorme y le dije: Dios lo ama, todo tiene solución. Así fue como el señor correspondió a mi abrazo y me dijo: ¡Muchas gracias señorita!, luego me tomó de las manos con una sonrisa y continuó diciéndome: Es bueno que hagan actividades como ésta, así como yo debe de haber más personas que necesiten un abrazo.



Cuando me dijo eso sentí una cosa extraña e inexplicable dentro de mí. De repente, mis ganas de seguir haciendo ésta actividad me entusiasmó mucho y seguí abrazando a las personas aunque me dijeran que no, y se reían. Me imagino que pensaban que estaba loca pero disfrutaba hacerlo.

Sin dudarlo, puedo decir que es la mejor experiencia que he tenido, no existe mejor satisfacción que hacer feliz a las personas, hacerles sentir que hay alguien que nos acompaña en todo momento. Un abrazo significa mucho para los demás, es algo que los seres humanos necesitamos para sentirnos queridos, importantes y que no estamos solos.
Además, el brindar un abrazo y que te respondan con un gracias y una sonrisa es uno de los mejores regalos que alguien puede recibir.


Los invito a regalar un abrazo y les aseguro que sentirán una gran felicidad y satisfacción.

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